Cap.10 "¿A Canadá?"

Cuando llegamos a casa mis padres estaban cenando. No me extraña, ya eran las 22:45. Seguramente nos habían esperado pero, al ver que no veníamos, se nos adelantaron. Amanda y yo nos miramos. Fue una mirada que reflejaba en ambas inseguridad y preocupación por lo que podía ocurrir en los próximos minutos. Al vernos llegar, nuestros padres nos miraron.
-¿De donde venís a estas horas?-dijo mi madre dejando de comer.
-Del cine, hemos visto una peli con los chicos.-dijo Amanda para llegar ya al tema que nos interesaba.
-Aja...-dije porque vi que mi madre me miraba para que yo dijera algo también.
-¿Y habéis cenado ya?-preguntó mi padre.
-Emmm...no...pero...es que...-dije sin saber como sacar el tema.
-Es que Ryan y Justin se van a Canadá y quieren que les acompañemos. ¿Podemos?-dijo Amanda sin cortarse un pelo al ver que yo no me decidía.
-¿A Canadá? Ni hablar, vosotras como mucho al pueblo de al lado.-intervino mi padre sin dejar que mamá responda. Siguió comiendo como si ya hubiesemos cerrado la conversación.
-¡Pero papá! Si se va seguramente no vuelva en mucho tiempo y no podré estar sin él tanto.-dije ya sin corte porque de eso dependía volver a verle, además, si este mes era el último de sus vacaciones empezaría de nuevo a trabajar y pasaría demasiado tiempo hasta que volviese a tener vacaciones. Mis padres se dieron la vuelta y me miraron.
-Silvia hija...tu padre ha dicho que...
-¡Me da igual lo que haya dicho! ¡Yo voy y se acabó! Que ya soy mayorcita.-dije (más bien gritando) dirigiéndome hacia mi cuarto, para hacerme las maletas.
Me daba igual lo que dijesen. Yo quería a Justin y si quererle implicaba enfadarme con mis padres lo haría sin pensarmelo dos veces. Mi madre me miró perpleja por lo que estaba diciendo.
Cuando llegué a mi cuarto no pude evitar que se me saltaran las lágrimas mientras recogía algunas de mis cosas para meterlas en la maleta. Entonces, entró Amanda.
-Silvia...-dijo casi susurrando mientras se acercaba a mí.
-¡¿Qué?! No tengo tiempo para más broncas.-dije aún de mal humor.
-No vengo a echarte la bronca.-dijo ya en un tono de voz normal.
-Entonces, ¿a qué has venido?-dije mirándola.
-Hmm...¿puedo ir contigo?
-Si, claro...si te da igual que te castiguen a ti también de por vida...-dije ya hablándole bien.
-Supongo que no...yo también quiero estar con Ryan...
-Pues venga. Hazte la maleta que es muy tarde.
-Después de terminar de hacer nuestros equipajes, bajamos las escaleras y nos encontramos con mamá y con papá en la entrada de pie. Mi padre parecía estar muy enfadado y mi madre...bueno...a mi madre no parecía importarle mucho dejarnos ir.
-¿A donde vais?-dijo mi padre.
-Alfredo, querido...dejame a mí hablar con ellas.-dijo mi madre.-Espera un momento en el salón.-mi padre le hizo caso y se fue.-¿Por qué nos hacéis esto, niñas?
-¡Ya no somos niñas, mamá! Es que...parece que no queréis entenderlo.-dije yo un poco mosqueada.
-Sí que lo sois y siempre seréis mis niñas. Sé que es dificil para vosotras todo esto pero no podéis iros así, sin más. ¿Qué pasará con los estudios?
-Justin me ha dicho que su profesora podría darnos clase.
-¿Qué? No, no, no, no...no puedo permitirme clases particulares, y menos para las dos. ¿Qué os creeis, que soy rica como vuestros novios?
-No, mamá...me ha dicho que lo pagará él...
-¿Y si os pasa algo? Yo no estaré ahí con vosotras.-dijo dejando el tema de las clases atrás.
-Estaremos bien. No te preocupes.-dijo Amanda con un tono tranquilizador.
-Es que...no sé...no quiero que os vayais...está tan lejos...pero...si lográis convencer a vuestro padre...-dijo muy insegura. En cuanto dijo eso, Amanda dejó su maleta en medio del pasillo y fue a donde estaba papá y usó la técnica que casi siempre funciona cuando ya lógras convencer a uno de los dos.
-Papá...mamá a dicho que sí podemos ir. Y me ha dicho que me despida de ti.-dijo dándole un abrazó como si ya todo fuese seguro.
-Hmm...si ella ha dicho eso...-dijo muy confuso-¿Y Silvia no viene a despedirse?
-Es que...está enfadada. Ya sabes, es muy cabezota.-dijo ya viniendo hacia nosotras.
-Comprendo...-dijo tristemente. Y se quedó sentado en el sofá cabizbajo. Me daba mucha pena no despedirme de él pero, me hizo pasar un mal rato y aún seguía bastante enfadada.
-¿Y bien? ¿Que ha dicho?-dije yo porque nosotras no habíamos oído nada.
-Que sí. Adios mamá.-dijo Amanda mientras nos dábamos un abrazo familiar (aunque incompleto).
-Adios chicas. Tened mucho cuidado, os lo ruego.
-Si...-dijimos las dos a la vez saliendo por la puerta.