Nunca creí que llegaría a una situación como en la que me encuentro ahora (más bien, nos encontramos, en plural). Me sentía abandonada, olvidada...¿Que qué pasó? Pfff...no sabría por dónde empezar, pero supongo que por el principio.
Cuando Amanda y yo salimos de casa, cogimos un taxi hacia el aereopuerto para no perder más el tiempo porque ya era muy tarde. (Quiero aclarar que no hace mucho que llegamos a América. Hará medio año o así desde que llegamos desde España por cuestiones de trabajo de mi padre, la verdad es que todos aprendimos inglés muy rápido. Bueno, llendo al grano, que no sé orientarme casi ni por Atlanta, como ya habré mencionado que solo por mi barrio, imagínate por las demás ciudades.) Pensé que sería lo mejor llamar a Justin por el camino.
*Pi...pi...pi...pi...(dando tonos)
Para mi sorpresa saltó el contestador y dijo:
*El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura, por favor, inténtelo de nuevo más tarde o deje su mensaje después de la señal que el usuario recibirá al volver a activarlo.*
"¡Dichosa tecnología nueva y sus mensajitos de voz! ¡Yo quería hablar con él no mandarle un mensaje. Si le hubiese querido mandar un mensaje no le habría llamado y le hubiese mandado un mesaje directamente!"-pensé repitiendo la misma palabra porque me daba rabia.-"Pero cómo que apagado o fuera de cobertura?! Justin siempre está disponible."
Cuando llegamos pagué al señor con todo el dinero que me había traido, no era mucho. Entramos en el aereopuerto.
-Perdone,-dije refiriendome a una señora que había en recepción-¿me podría decir en qué terminal sale el vuelo de las doce menos diez?
-Si, claro. Un momento.-dijo mirándolo en el ordenador.-En la 7, pero acaba de salir, hace diez minutos.
-¡¿Queeeé!?-dijimos Amanda y yo al unísono.-No puede ser, si son las...-dije mientras mirába mi reloj de muñeca.-...doce...
-¿Y ahora qué, Silvia? Tendremos que volver a casa, ¿verdad? Con el pollo que hemos montado...-preguntó mi hermana sin saber qué hacer.
-¿Cuánto dinero tienes?-pregunté para ver si nos llegaba. Miró en su cartera y puso una sonrisa un poco tensa.
-Emmm...40 centimos...¿nos llega?-dijo sacando chatarra (monedas de 5 centimos y de 2) y preguntandome aunque ya sabía la respuesta.
-¿Y cómo quieres volver a casa con eso?-dije de una manera muy brusca.
-Bueno, pero a ti aún te queda dinero...-dijo ya más tranquila, pero al ver que no decía nada, su cara se puso blanca-...¿verdad?-dijo esperando a que dijera que si.
-Ni un céntimo...¿cómo se nos ocurré irnos a otro país sin coger suficiente dinero? Es que somos tontas...
-Teníamos que haberle hecho caso a papá y quedarnos en casa...-dijo Amanda agachando la cabeza arrepentida. Esta había sido una de las pocas veces de las que había visto a mi hermana tan "humilde", ya que ella suele ser más...alocada.
-¿Qué pasa? Tu fuistes la que quiso acompañarme. Si LE HUBIESES HECHO CASO A PAPÁ-dije recalcando esa frase-ahora yo estaría aquí sola y tú estarías tan calentita en tu cama-dije enfadada aunque era porque no me podía creer en qué situación estábamos.
-Yo...¿y por qué no llamas a mamá para que nos venga a recoger?-quiso decir algo pero lo interrumpio para hacerme una pregunta que para ella era la solución a nuestro problema.
-¡No! No puedo llamarla así sin más. Creería que estamos desesperadas.-dije negándome rotúndamente.
-¡Es que estámos desesperadas!-dijo volviéndome a recordar la situación en la que nos encontrábamos.
-Sí, pero si les llamámos ahora nunca volverán a dejarnos ir, porque verán que no estamos preparadas para esto, que no somos responsables y que no nos podemos apañar solas.
-Ya.-dijo muy insegura pero muy seria-¿Y donde piensas dormir? ¡Ni siquiera hemos comido!
-No lo sé vale...pero ya se nos ocurrirá algo. Vamos a dar una vuelta por ahí a lo mejor encontramos algo. Mañana todo será más fácil.-dije como si fuese tan sencillo.
-Está bien, pero como la cosa no vaya bien, llamo a mamá.
-¡He dicho que no! Ya nos las arreglaremos, tranquila.-dije mientras nos dirigíamos a la salida.
Normalmente yo soy la más madura y responsable de las dos, pero esta vez debo reconocer que fui muy cabezota, pero no quiero que mis padres crean que no puedo buscarme la vida con 17 años.
Pensé que esta noche dormiríamos (ya veremos dónde) y mañana llamaría a Justin, porque ya estaría en Canadá, y entre los dos buscaríamos una solución. Eso íbamos a hacer, o, por lo menos, ese era mi plan.
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Bueno, aquí os dejo el capitulo 11, espero que os guste y que os haya dejado un poco con las ganas de saber que van a hacer al final para resolver ese cacho liio que tienen jajaja
Comentad porfiis!! Me da más inspiración y ganas de escribir jaja ;)
Justin Bieber, el famoso cantante canadiense que tiene locas a más de 15 millones de chicas, se enamora de Silvia, una adolescente "normal y corriente". Ambos se sientes atraídos desde el principio, ¿surgirá más que una simple atracción? ¿Algo como...amor? Una serie de complicaciones relacionadas con el estado de fama del joven y otras provocarán una seria dificultad en la relación de ambos.
Graaciias!! :)
Chicas en primer lugar, queria agradeceros que esteis leyendo la novela y deciros que me haceis muy feliz al ver que alguien aprecia mi trabajo. Muchas gracias a todas y en segundo lugar, me gustaria pediros un favor, ¿podríais recomendarme? Os lo agradecería muchisimo, y por favor, siento ser pesada con esto pero me gustaria saber vuestra opinion, la de cada una, así la novela podría mejorar. Si no me comentais, yo no sé que os gustaría que pasase. Pero aún así repito, muchas gracias. De verdad que os quiero hermanas!! :) ♥
sábado, 5 de noviembre de 2011
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